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La segunda vida de Jesús

El sacerdote Pablo no estaba preparado para leer los papeles secretos que la Autoridad de Antigüedades de Israel le había permitido leer. Los documentos, datados en los años 40 y 50 después de Cristo, confirmaban que Jesús padecía una enfermedad terminal cuando murió crucificado en la cruz.

El padre Pablo, que también era licenciado en teología por la Universidad de Roma y experto conocedor de la historia de Jesús, no pudo dudar de la autenticidad de los escritos.

Cuando los medios de comunicación se hicieron eco con gran rapidez de la noticia, el padre Pablo tuvo que organizar una multitudinaria rueda de prensa para dar a conocer sus conclusiones. Pablo confirmó lo que ya se sabía, que a Jesús le quedaban pocos meses de vida cuando murió crucificado.

Radios y televisiones llevaron a sus pantallas a médicos, psicólogos y religiosos para hablar de cómo debía sentirse Jesús en aquellos momentos tan trágicos de su vida. Muchos expertos vieron en aquella enfermedad la justificación para acceder a morir crucificado, sacrificándose en nombre de toda la humanidad

El padre Pablo, alarmado por los acontecimientos, había ocultado a la prensa varios documentos que, de haberse conocido, hubiesen cambiado el rumbo de la historia: el más importante de todos era el acuerdo ratificado por las dos partes, por el que Dios devolvería a la vida a Jesús tres días después de su muerte y sin ningún tipo de enfermedad. En una de las cláusulas finales, se establecía que en esta nueva existencia no tendría ningún papel en la vida pública ni actuaría en nombre de nadie.

Otro de los documentos, confirmaba que Jesús, pocos meses después de su muerte, se casó con María Magdalena. Entre los invitados al convite estuvo Judas Iscariote, al que Jesús nunca le guardó rencor. Los invitados disfrutaron en el banquete de una gran variedad de panes y peces.

Sin embargo, no todos los colaboradores del padre Pablo estuvieron de acuerdo en no dar a conocer la segunda vida de Jesús. Nunca supo quién fue el causante de que la prensa consiguiera y publicase el acta de defunción y la esquela que se colgó en la puerta de la parroquia cuando Jesús volvió a morir por segunda vez.

A continuación se reproduce textualmente esta esquela:

El Sr. Jesús de Nazaret falleció en Jerusalén a los noventa y dos años de edad habiendo recibido los Santos Sacramentos. Descanse en paz.

Su apenada esposa, María Magdalena, y su hijo Judah, ruegan una oración por el eterno descanso de su alma.

(Foto: livenet.ch)

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